Esta noche canal TNT estrena en exclusiva el tercer episodio de la segunda
temporada de Black Mirror (y no el segundo como se emitieron en Inglaterra). La serie de Charlie Brooker vuelve a las pantallas
españolas y seguro que no dejará a nadie indiferente.
En Freak Like Us ya hemos comentado los dos primeros
episodios “Be Right Back” y “White Bear”, pero aunque tenemos mucho cuidado con
los spoilers, os aconsejamos que volváis a por ellos cuando hayáis visto los
episodios, para comentar juntos las reflexiones a las que hemos llegado.
Pero volvamos a The Waldo Moment, un episodio que no podría
estar más de actualidad con la situación
de la política italiana y el éxito de Beppe Grillo en las últimas elecciones.
Aquí se nos presenta a un satírico osito azul de dibujos animados que se dedica
a hacer entrevistas en un programa televisivo y que muy a regañadientes se
convertirá en un serio contrincante en las elecciones locales de su ciudad.
Y volvemos a retomar la analogía de este episodio con
el primero de ellos en el que el Primer Ministro debía mantener relaciones sexuales
con un cerdo televisadas. Charlie Brooker nos vuelve a incomodar como
espectadores preguntándonos “¿Todo vale?”. Y parece que la respuesta a la que
nos está llevando esta sociedad es que sí: que todo vale. Que los políticos a
los que se les descubre una sex-tape se pueden tirar desde un trampolín en un
reality; que personajes virtuales como Pocoyo puedan tener un peso real a la
hora de moldear la educación de nuestros hijos e incluso protagonizar campañas
de concienciación ciudadana, y si nos remontamos un poco más atrás en el tiempo
que actores puedan ser senadores o presidentes de un país o que actrices porno
tengan una representación en la cámara.
Con este episodio se cierra la segunda temporada de Black
Mirror que ha sido sobresaliente y ha satisfecho completamente nuestras expectativas.
Más reflexiones sobre hacia donde la condición humana parece ir abocada con
tanta tecnificación y sobreexposición, más desasosiego al ver que Brooker
parece tener claro con su visión retorcida y oscura que se refleja en esos
espejos negros con los que lidiamos con nuestros móviles, ordenadores y
tabletas, que el futuro ya está aquí…
Y eso no puede dejarte más que mal cuerpo viendo Black
Mirror.
Comentarios