Uno, fiel lector de casi todo lo que se publica de Moore creía que ya lo había visto todo.
Pues no maricón, te has pasado de listo.
Promethea se plantea como un remix entre Alicia, Bastian Baltasar Bux y Xena.
Una historia pseudofuturísitica (sólo que el efecto 2000 no fue así) en la que la mitología y la magía vuelven a ser visibles.
Y en toda esa vorágine de dioses y magos aparece Sophie Bangs, una atolondrada estudianta que está haciendo una tesis acerca de las apariciones de Promethea a lo largo del siglo XX, de como ha sido descrita, poetizada o dibujada por divers@s artistas.
Y a base de poesías se convierte en Promethea.
No cuento mucho más para evitar spoilers.
A lo largo de estos dos primeros tomotos, vemos como Sophie va aprendiendo de las anteriores Prometheas diferentes artes de la lucha, el razonamiento, el amor y demás, de como moverse por la Inmateria, usar la magia y vencer a los malos (la eterna lucha).
El guión (y los diálogos) en ocasiones se ponen excesivamente metafóricos, metafísicos y uno se pierde entre tanta referencia al Tarot, a la sexualidad de los planetas y a los temas varita/cáliz que pueblan (más el segundo tomo que el primero).
Afortunadamente J. H. Williams III plasma a la perfección las idas de cabeza de Moore y nos deleita página a página con auténticas obras de arte.
Al igual que en Watchmen, Moore hacía miles de juegos visuales con las dobles páginas, en este hace lo propio con las viñetas (duplicadas, duplicadas e invertidas, siguiendo esquemas egipcios).
No contento con eso, Williams se deleita con ilustraciones que empiezan en una viñeta y acaban en otra, metamorfoseandose a mitad (de murciélagos a paraguas, de cadáveres a huevos) dando ganas de entrar en esa viñeta (como si fuera una escena de Mary Poppins).
Por no hablar del episodio siete, que para mi fue un contínuo lo pelos comno escarpias de lo grande que me pareció el concepto...
Además Moore experimenta variando los órdenes de lectura, pero sin marear, lo cual se agradece.
Además, mantiene esa bonita costumbre de ofrecer historias paralelas y complementarias, que acompañan y dan calidad de detalle a cada viñeta, como las noticias de TEXTura o los cómics de Gorilla Llorica.
Así que mientras espero a la edición física de los siguientes tomotos y confiando en el arte de Moore imagino que esta serie se convertirá en otro must read que añadir a mi lista de comics.
Pues no maricón, te has pasado de listo.
Promethea se plantea como un remix entre Alicia, Bastian Baltasar Bux y Xena.
Una historia pseudofuturísitica (sólo que el efecto 2000 no fue así) en la que la mitología y la magía vuelven a ser visibles.
Y en toda esa vorágine de dioses y magos aparece Sophie Bangs, una atolondrada estudianta que está haciendo una tesis acerca de las apariciones de Promethea a lo largo del siglo XX, de como ha sido descrita, poetizada o dibujada por divers@s artistas.
Y a base de poesías se convierte en Promethea.
No cuento mucho más para evitar spoilers.
A lo largo de estos dos primeros tomotos, vemos como Sophie va aprendiendo de las anteriores Prometheas diferentes artes de la lucha, el razonamiento, el amor y demás, de como moverse por la Inmateria, usar la magia y vencer a los malos (la eterna lucha).
El guión (y los diálogos) en ocasiones se ponen excesivamente metafóricos, metafísicos y uno se pierde entre tanta referencia al Tarot, a la sexualidad de los planetas y a los temas varita/cáliz que pueblan (más el segundo tomo que el primero).
Afortunadamente J. H. Williams III plasma a la perfección las idas de cabeza de Moore y nos deleita página a página con auténticas obras de arte.
Al igual que en Watchmen, Moore hacía miles de juegos visuales con las dobles páginas, en este hace lo propio con las viñetas (duplicadas, duplicadas e invertidas, siguiendo esquemas egipcios).
No contento con eso, Williams se deleita con ilustraciones que empiezan en una viñeta y acaban en otra, metamorfoseandose a mitad (de murciélagos a paraguas, de cadáveres a huevos) dando ganas de entrar en esa viñeta (como si fuera una escena de Mary Poppins).
Por no hablar del episodio siete, que para mi fue un contínuo lo pelos comno escarpias de lo grande que me pareció el concepto...
Además Moore experimenta variando los órdenes de lectura, pero sin marear, lo cual se agradece.
Además, mantiene esa bonita costumbre de ofrecer historias paralelas y complementarias, que acompañan y dan calidad de detalle a cada viñeta, como las noticias de TEXTura o los cómics de Gorilla Llorica.
Así que mientras espero a la edición física de los siguientes tomotos y confiando en el arte de Moore imagino que esta serie se convertirá en otro must read que añadir a mi lista de comics.
Comentarios
Qué boba soy...
promethea es bollo pues? como xena...
Y no, Tony, Promethea no es bollo. No siempre, al menos.
Moore es dios, y Morrison su profeta.
Y si Promethea es un imprescindible, desde ya.
Pero lo de Sophie bollo se confirma?
O es un rumor como el Alcalde favorito de NY?
ya voy por la mitad del tomoto 2 (por cierto, son 5 en total, esperemos que los vayan editando a buen ritmo), y me esta gustando bastante/mucho. no sé si he llegado al momento critico, pero de momento, las idas de olla se entienden bastante bien.
pero vamos, que sí, que es too metaphysical. la mejor es maggie, la que acompaña al resto de prometheas, y dice cosas como: "ooooh, que malo es", y siempre le contestan con "callate maggie!".
1, 2, 3, responda otra vez...
Me encantan los ambientes oníricos, dan mucho juego.
Morrison es un falso profeta! Hereje! Blasfemo! El verdadero profeta es Gaiman!
Adoradlo!
Un escalafón más abajo estarían los apóstoles Millar, Vaughan & Davis (guionizando, que dibujando es otro dios).
Al final tendré que leerme esta Prome, que mestás poniendo los dientes largos.
Q hago primero? KLeo y me culturizo? Escribo a ciegas? Copipasteo mis posts antiguos??
Como bien ha dicho Fido la santísima trinidad después de dios son Morrison, Ellis y Gaiman.. pero Gaiman solo por la cuota de integración.
Bueno no, pero le tengo cierta manía.. que se le va a hacer
Uy lo que m'ha dishooooo...