Michonne cree haber descubierto el secreto del Gobernador, al menos uno de ellos, ya que la idílica ciudad donde todos parecen felices esconde cosas muchos más oscuras que las celdas de la cárcel donde el resto de nuestros protagonistas están intentando rehacer sus vidas después de la muerte de Lori.
Maggie y Daryl se alejan de la cárcel para intentar buscar comida para el bebé recién nacido. Encuentran una guardería en la que hay varias cosas que podrían ayudarles a la supervivencia de la hermanita de Carl.
Michonne consigue convencer a Andrea para que finalmente se vayan aunque esta no deja de tener sus reservas acerca del porqué de la decisión de Michonne. Así que Andrea decide quedarse y Michonne sigue su camino. El Gobernador parece tener un cierto interés en Andrea y continúa con su 'lavado de cerebro' para convencerla de que ha tomado la mejor decisión.
Rick, completamente enloquecido por la rabia de haber tenido que elegir entre que su hija y su mujer vivieran sigue con su particular cruzada a través de la cárcel intentando limpiarla de todos los caminantes que sigue desperdigados buscando los restos de Lori. La poca cordura y humanidad que le quedaba ya le ha sido arrebatada. Ahora queda por ver si el nacimiento de su hija podrá volverle una persona sensible otra vez o si por el contrario culpará a la niña de la pérdida de su mujer, volcando todo su resentimiento hacia el bebé.
Y en este episodio, por fin vemos uno de los momentos más esperados de esta temporada: la famosa arena de los caminantes, que sirve de recreo a falta de tele u otros divertimentos para horror de Andrea que empieza a pensar, un poco tarde, que quizá a Michonne no le faltaba razón. Claro que cuando Andrea se enfrenta al Gobernador por este entretenimiento enfermizo, este le contesta que es para que se puedan desahogar y que es divertido.
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Y la próxima semana...
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